lunes, 15 de mayo de 2017

We but mirror the world

"Había algo en él que tocaba los corazones de todo el mundo, gente que ni siquiera sabía dónde estaba la India", dice James Michaels en un documental sobre la vida de Gandhi.

Mohandas Gandhi llevó a su país a la independencia a través del silencio y la resistencia e inspiró movimientos por los derechos civiles y la igualdad en todo el mundo. Pero de todas las sentencias de este hombre me quedo con aquella que dice que somos espejos. Que todo lo que vemos fuera de nosotros, lo que nos agrede, lo que nos mueve, lo que admiramos, es un reflejo de lo que tenemos dentro. Luces y sombras. Tal vez un impulso reprimido, una emoción no aceptada o un potencial que no hemos aún reconocido en nosotros.

“We but mirror the world. All the tendencies present in the outer world are to be found in the world of our body. If we could change ourselves, the tendencies in the world would also change. As a man changes his own nature, so does the attitude of the world change towards him. This is the divine mystery supreme. A wonderful thing it is and the source of our happiness. We need not wait to see what others do.”

Por eso, para cambiar el mundo, hay que empezar por uno mismo, lo que se llama la "ecología del metro cuadrado", cuidarnos y cuidar de nuestro entorno más cercano. Hacerlo con pequeños gestos. Hacia nosotros y hacia el otro. No crear falsas percepciones de lo que ocurre alrededor mirando al otro con aceptación y sin juicio, porque únicamente somos hologramas.

sábado, 13 de mayo de 2017

Procesos

El tiempo pasa. Tic tac, tic tac. Y lo cambia todo. De repente, reconoces el proceso; es a veces, lento e imperceptible. Sin embargo, no cesa.
En la India todo fluye, la vida se abre paso, el tráfico nunca para, en el caos hay siempre un constante e incluso terco movimiento hacia delante.
Puedes dejarte arrastrar o puedes pararte a observarlo todo, el amanecer y el atardecer, los festivales, cómo los rangolis pierden el color y su definición en la puerta de las casas, cómo crece el vecino y da sus primeros pasos, cómo se va encorvando el abuelito de la casa azul que hay camino de la escuela, cómo cada día hay más telarañas en el rincón y cómo el calor va siendo poco a poco más insoportable hasta que una tarde, sin esperarlo, cae una lluvia de gotas gordas y frescas que lo inunda todo.
Tenemos todo el tiempo del mundo, porque el tiempo no existe. Tenemos todo el tiempo que la vida nos da. Lo podemos medir para sentir que todo está bajo control, pero eso no nos hace más capaces. ¿Cuántos días hemos contado realmente como nuestros?
Vivir con presencia, integrar el concepto intangible que hay detrás de lo tangible, de lo que podemos asir con las manos, guardar en un armario o en un banco o verbalizar con concreción. Observar simplemente los procesos que hay dentro y fuera de nosotros. Sin juzgar. Eso supone entender la vida y la muerte. El crecimiento. El aprendizaje. El clima. La naturaleza. La evolución. Y la enfermedad. Todo a nuestro alrededor.

No voy a decir adiós, porque decir adiós significa no volver y no volver supone olvidar, le dijo Peter Pan. No voy a decir adiós, porque hay muchas cosas que quiero recordar.