Lo que te contaría tomando un café son cosas pequeñas.
Las cosas pequeñas que me pasan aquí a veces tienen que ver con
bichos pequeños. Un par de veces me he cogido pulgas, te diría; lo mejor para
la picazón es el bálsamo de tigre. Me dirías que has usado el de color rojo,
que alguien te lo recomendó para los dolores musculares. Pero este es blanco y
lo encontrarías en cualquier farmacia, respondería yo.
Seguiría con los piojos. Me quejaría de que todos los días
me paso la liendrera después de la ducha. Que hoy le pedí a la akka si
podía comprobar que tenía el pelo limpio, porque el otro día me saqué un piojo.
La akka que significa “hermana mayor”, te aclararía, es quien se encarga
de las niñas en la escuela, limpia y cocina. Me ha dicho que me ponga henna
en el pelo para matar los piojos. Tú me dirías que mejor vinagre, que me coloque
luego una bolsa de plástico en la cabeza y me la deje un rato. Imagínate la
fotografía del momento.
Como curiosidad te explicaría también que las arañas saltan,
que hay sapos enanísimos, que he visto un par de mantis religiosas y que me
unto de Relec mañana, tarde y noche.
Lo que te contaría tomando un café tiene que ver con el
lenguaje y la comunicación.
Te diría que ya sé contar hasta diez en telugu. Okati,
rendu, mudu, nalugu, aidu. Te diría que sé contar hasta diez, pero sólo
contaría hasta cinco. Te comentaría cuál es mi palabra favorita en lengua de
signos. La reproduciría. Comenzaría bajo los labios y luego llevaría la mano
hacia la derecha moviendo los dedos como si fueran olas para decir color. A propósito,
mencionaría que España se dice señalando el corazón, por el amor que le tienen
al padre Vicente. Refunfuñando accedería también a decirte que mi signo es uno
que señala la nariz, que por poco que me guste es mi rasgo más característico y
que aquí a todos les encanta. Repetiría la conversación modelo que tengo con la gente de
mi entorno. Que soy logopeda en la Escuela Primaria. Que mis padres están en
España. Que aún no estoy casada, no, pero tengo un hermano que sí lo está. Que
tiene dos bebés. Que son gemelos. Que no estoy casada por qué. Que mi estómago
va mejor. Que me quedo un tiempo largo. Te partirías de risa cuando te contara
que a veces me pongo a hablar con ellos en español y ellos me responden en
telugu y que así podemos estar unos minutos entendiéndonos a medias. Sería algo así
como
YO: bla-bla-bla
INDIO: kalarra kalakala kalama.
YO: ahhhh, kalama, ok, bla-bla.
INDIO: kalama, naaaa?
YO: na.
INDIO: kalarra kalakala kalama.
YO: ahhhh, kalama, ok, bla-bla.
INDIO: kalama, naaaa?
YO: na.
Si me tomara un café contigo te hablaría de mi barrio.
Del Beauty Parlour, el centro de Belleza, que hay de camino
a la escuela. De la mujer que me hace las cejas con hilo y que no tiene ninguna
visión de empresa abriendo un negocio en medio de la nada. Del sillón de
dentista que aún tiene envuelto en papel de embalaje en la pequeña habitación
donde te atiende. De que se cambia las gafas tres veces para ver si te ha hecho
bien la depilación. Te hablaría también de la peluquería “Cortar y peinar” que
han abierto frente a Main Campus. Te contaría que mi vecina deja la puerta de
casa siempre abierta, que lo que le da miedo es cerrarla y quedarse
sola dentro. Te hablaría del hombre de lungui en el kiosko junto a Main Campus,
que en la puerta de atrás guarda cervezas en una heladera, que tiene 70 años sin
arrugas en la frente y un hijo que me trae a casa en rickshaw. Y del trabajador
de la escuela que se encarga de mi bicicleta, de llevarla al taller, que me ha
comprado un llavero horterísimo para el candado.
Si me tomara un café contigo, me callaría y saborearía la
taza de café; te diría que me sabe intenso y delicioso, porque aquí no se toma.
Y que bebo leche de vaca recién ordeñada por la mañana. Que el otro día me
presentaron a la vaca en cuestión y le dije “Namasté” muy educadamente. Pero me
contestó “ambaaaa” que es como mugen aquí las vacas.
Estaríamos toda la tarde charlando. Una cosa tras otra,
pequeñas cosas, según como se mire. Te diría de la India que tiene mil caras.
Te invitaría a otro café para explicártelo.
Da gusto leerte!... mientras me tomo un café
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